Jura una y otra vez que rehará su vida. Normalizando la diferencia.
Se acerca la celebración de la día del Orgullo Gay en Madrid. Será verano y hará calor, Madrid se llenará de colorido, músicas y alegría, el fenómeno LTGBI invadirá terrazas y calles durante 2 semanas. La cultura homo, ha ganado la calle y ha logrado el reconocimiento de sus derechos (Ley del Matrimonio para todos, 2005). La psiquiatría (APA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han erradicado la homosexualidad de sus listas de trastornos mentales. Sin embargo no todo está ganado. Al margen de algunos sectores de la población abiertamente homófobos, se habla poco de las limitaciones autoimpuestas, de la interiorización del estigma de ser homosexual. ¿Qué es y en que consiste la homofobia interiorizada? La homofobia interiorizada, (HI) es una actitud negativa hacia los valores y las costumbres homosexuales. Incluye:
La HI afecta a homosexuales armarizados y a los que sí han hecho pública su condición de homosexual, ambos sienten un profundo malestar que les limita en su vida social y afectiva. En el primer caso, la persona homosexual siente un profundo malestar ante la idea de verse atraída por una persona del mismo sexo. Desde el rechazo abierto a la homosexualidad, a veces se disfraza de profunda camaradería o amistad ya que resulta inaceptable enamorarse de otro hombre. Otros se excusan en que es aceptable buscar placer, morbo, diversión, sexo por cualquier parte pero les resulta intolerable el pensamiento de sentir amor hacia una persona del mismo sexo. Puede que hayas salido del armario pero no encuentres satisfacción con tu nuevo estatus. Determinados pensamientos y comportamientos limitan el crecimiento como persona y van generando mayor malestar acompañado de sentimientos de culpa, ansiedad, depresión, conductas de riesgo, consumo de alcohol o drogas. Por ejemplo piensas que el orgullo gay da mala imagen a toda la comunidad, que en el ambiente solo hay promiscuidad y drogas, en el trabajo no compartes tu vida de pareja y afirmas que a nadie le importa cuál es tu orientación sexual y aunque lo deseas sientes malestar por ir de la mano con tu novio. Estas confundido y no discriminas entre miedo y libertad, entre intimidad y barreras autoimpuestas, no sabes como lidiar con ello, probablemente sufras de homofobias internalizada.
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Madres, mujeres, hermanas, parejas, compañeras, eternas, compañeras, milagro, compañeras, sin dueño, compañeras, siempre, compañeras. La trampa de encerrar(se) a los demás entre los barrotes de los prejuicios o como hablar de la Teoría de los Marcos Relacionales (RTF) sin nombrarla.
“Las mujeres son todas unas putas". Tengo que reconocer que la frase me chocó, no por su contenido sino porque a pesar de ser mundialmente conocida, nunca la había oído de la boca de un hombre -además joven- delante de mí. Independientemente de su contenido misógino, me interesa analizarlo desde un punto de vista funcional. Es decir para qué me funciona lo que pienso, digo, hago, qué consecuencias tiene para mí y los demás, qué refuerzos sociales u otros lo mantienen. Primero como presentación de uno mismo en el mundo, como un acto de afirmación de uno contra y sobre el otro, en este caso la otra. Cómo esta presentación predispone y limita el tipo de interacción que podemos iniciar con A., lo que los demás esperan de A. y lo que las mujeres pueden esperar de y actuar en relación con A. Segundo, de qué manera esta conceptualización de la mujer influye en el tipo de conducta que A. puede desarrollar. Vayamos por partes. Make it easy, simplifiquemos que así es más fácil . “Todas las mujeres... ", implica que, sin matices, sin necesidad de establecer un ajuste de mi conducta con la persona con la que estoy, actúo siempre de la misma manera, puesto que todas lo son no hay necesidad de complicarse la vida;¿Y qué es lo que son? “Son unas putas”. Aquí entra en juego el elemento evaluativo; puta, denigra a quién o qué se califica, tanto si se emplea como adjetivo ("un resultado de puta pena") como sustantivo sinónimo de prostituta. Puta equivale* a persona que no se merece respeto, poco valiosa, objeto sexual, de ahí se define el tipo de comportamientos y sentimientos que puedo permitirme en con ellas. Establecer una relación de equivalencia entre mujer y puta implica una relación de oposición entre mujer y lo opuesto a puta, como por ejemplo, ser una persona respetable y, por lo tanto, digna de ser tratada con respeto. Pero veamos además de qué manera esta afirmación limita la forma de vida, la conducta y expectativas de quienes la mantienen. ¿Qué puedo esperar de una puta? Sexo, sumisión, obediencia (si soy su chulo). ¿Qué puedo esperar de una relación con una puta? A priori, nada, una relación superficial sin expectativas en relación con su duración y contenido. ¿Caben en esta relación el amor, respeto, cariño, dedicación, cuidado mutuo? En principio, no es lo que se espera. Por lo tanto, además de denigrar a la otra persona, renuncio a todo un campo emocional y afectivo. En “todas las mujeres son unas putas” hay una derrota personal, una castración afectiva, una “lobotomización” emocional y, con luz verde como mínimo, al maltrato simbólico. Verdugo y víctima. DEP. * No asumo ni defiendo que una prostituta no tenga derecho al respeto ni sea una persona valiosa, estoy recogiendo el sentir general entorno a la palabra puta. Sin miedo sientes que la suerte está contigo
“Yo soy precavido, hay que ir preparado por la vida para que los golpes no te tumben.” dice A. a lo que T. responde “Si, porque nunca sabes si cuando vas a salir de casa te cae una maceta y te mata”. Así que, en conclusión: “hay que vivir la vida a tope hoy como si no fueras a vivir mañana”. "Vivir hoy como si no fueras a vivir mañana" para quién lo hace desde la conciencia, como un acto elegido que facilita atender a lo que ocurre alrededor, tomando se el tiempo para saborear las pequeñas -y grandes- cosas en su camino a Ítaca, le reportará una vida más rica y plena. Ser consciente de las opciones y de sus consecuencias nos permitirá elegir mejor por qué caminos transitar. Ser conscientes de las necesidades propias y de los demás, de la puesta del sol, de la sonrisa de un padre mayor cuando entramos por la puerta de casa, del saludo del vecino, del berrinche de nuestra hija… en definitiva estar conectado con el mundo que nos rodea. Ser consciente como una disposición a sentir, emocionarse, dejar que fluyan los sentimientos a través nuestro y persistir en alcanzar nuestras metas y en conseguir nuestros objetivos. Ser consciente sería como levantar las persianas en una habitación oscura y dejar entrar la luz, ver a medida que inunda la pieza, como surgen formas, aparecen colores, vemos en profundidad. No es que la consciencia cree las formas, sino que nos hace accesible un mundo complejo de experiencias que tenemos a nuestro alcance. Apaga la luz y desaparecerán, quedará la rutina, el todos los días igual, las mismas cosas, la uniformidad de los grises. Entonces, ¿por qué cuando lo dice A. me saltan las alarmas? Vivir la vida a tope por si te tumba mañana, es una respuesta al miedo. Miedo anticipado por un posible sufrimiento, miedo a una posible pérdida, miedo a una enfermedad, miedo a lo que me pueda pasar, que se caiga una improbable maceta al salir de casa. En definitiva, miedo al dolor. Y cuando se tiene miedo ¿qué hacemos? Cuando se tiene miedo a la oscuridad, encendemos la luz y si tenemos miedo al ascensor cogemos la escalera y cuando tenemos miedo al ridículo nos quedamos callados y cuando es al rechazo no expresamos una necesidad… es decir hacemos cosas para evitar sentir el miedo. Vivir a "tope hoy por lo que pueda pasar mañana" es una respuesta al miedo, una vida gobernada por la regla de evitación al malestar. Pero en una vida gobernada por el miedo ¿dónde cabe el libre albedrío, la elección de quién quiero ser, cómo quiero vivir, que hay de importante para mí? ¿dónde caben los valores? Vivir huyendo del miedo equivale darle la espada a la vida corriendo delante de él para que no nos atrape alejándonos a la vez de lo que mas nos importa. La atención plena es simplemente ser consciente de lo que está sucediendo en este momento sin desear que sea diferente; disfrutando de lo agradable sin aferrarse cuando cambia (que lo hace); estar con lo desagradable sin temor a que siempre será de esta manera (que no lo hará). James Baraz La alternativa a la inconsciencia es experimentar lo que está ocurriendo en cada preciso momento, estar atentos a lo que estamos haciendo en vez de actuar como autómatas, apreciar el momento presente en vez de añorar otras cosas. Significa reparar en nuestro cuerpo y en la sensación que produce tener un panecillo entre las
manos mientras lo estamos cortando. Significa ser conscientes de la mente y el cuerpo cuando vamos al volante y reparar en si hemos tomado la dirección este u oeste. Significa saborear la comida cuando comemos y prestar atención a nuestros amigos y seres queridos cuando estamos con ellos. Justo ahora significa reparar en la posición de las manos al sostener este libro, ser conscientes de la experiencia física del cuerpo en el espacio y de cómo reacciona nuestra mente a las palabras. Parafraseando a mi colega Metta McGarvey, “la plena conciencia es hacer una sola cosa”. Significa estar incondicionalmente presentes en nuestras vidas. (Ronal D. Siegel La solución Mindfulness) Llegar a este grado de consciencia requiere de un ejercicio constante y consciente. Te propongo que una vez al día dediques 10´ a aprender esta habilidad. Te invito a que te graves con tu smarphone, busques un sitio y momento en el que disponer de la intimidad y tranquilidad que te permita realizar este ejercicio. Nadie ha aprendido a nadas sin meterse en el agua y mojarse. Atención plena a la respiración Te invito a que te sientes con los pies apoyados en el suelo y la espalda recta, fija los ojos en un punto o cierra los ojos. Lleva tu atención a tu respiración, y obsérvala como si fueras un científico curioso que nunca había encontrado la respiración. (Pausa 5 segundos.) Observe el aire cuando entra por la nariz ... y baja hasta el fondo de los pulmones. (Pausa 5 segundos.) Y fíjate que vuelve a salir. (Pausa 5 segundos.) Observe el aire que se mueve dentro y fuera de tus fosas nasales ... cómo es un poco más cálido a medida que sale ... y un poco más frío a medida que entra. Observa la subida sutil de los hombros y como bajan después... (Pausa de 5 segundos) y la suave subida y bajada de la caja torácica ... (Pausa 5 segundos) y la suave subida y bajada de tu abdomen. (Pausa 5 segundos). Pon tu atención en una de estas áreas, según lo que prefiera: en la respiración moviéndose dentro y fuera de las fosas nasales, en la subida y bajada de la caja torácica o el abdomen. (Pausa 5 segundos) Mantén tu atención en este punto, notando el movimiento dentro y fuera de tu respiración. (Pausa 20 segundos.) Sean cuales sean los sentimientos, impulsos o sensaciones que surjan, ya sean agradables o desagradables, nótalos suavemente, como si vieras a personas que pasan cerca de ti por la calle. (Pausa 5 segundos.) Nota su presencia suavemente y déjelos estar. (Pausa 5 segundos.) Permíteles ir y venir a su gusto, y mantén tu atención en la respiración. (Pausa 20 segundos). Cualesquiera que sean los pensamientos, imágenes o recuerdos que surjan, ya sean cómodos o incómodos, simplemente reconócelos y permíteles estar ... Déjalos ir y venir a su antojo, y mantenga tu atención en la respiración. (Pausa 20 segundos.) De vez en cuando, tu atención vagará mientras quedas atrapado por tus pensamientos. Cada vez que esto suceda, observa lo que te distrajo, luego vuelve a llevar tu atención a la respiración. (Pausa 20 segundos.) No importa la frecuencia con la que te quedes a la deriva, ya sea cien o mil veces, tu objetivo es simplemente: notar lo que te ha distraído y volver a centrarte en tu respiración. (Pausa 10 segundos.) Una y otra vez, te dejarás llevar por tus pensamientos. Esto es normal y natural y nos sucede a todos. Nuestras mentes nos distraen continuamente de lo que estamos haciendo. De modo que cada vez que te des cuenta de que tu atención se ha desviado, nótalo suavemente, observa lo que te distrajo y devuelve tu atención a la respiración. (Pause 20 segundos.) Si surgen la frustración, el aburrimiento, la ansiedad, la impaciencia u otros sentimientos, simplemente nótalos y mantén tu atención en la respiración. (Pause 20 segundos.) No importa con qué frecuencia se desvié tu atención, cuantas veces se quede enganchada por un pensamiento o un recuerdo, nótalo suavemente, observa lo que te distrajo y luego vuelve a concentrarte en la respiración. (Pause 10 segundos.) Y cuando esté listo, regresa a la habitación y abre los ojos.
![]() Queremos compañía: yo quiero compañía, tu quieres compañía,... todos queremos compañía pero cada día más personas están sufriendo de soledad y cada día son mas las personas que viven solas. En España esta cifra ronda el 20% de la población. Sin embargo vivir solo y sentir soledad no van siempre unidos de la mano. Se puede estar socialmente asilado y no sufrir soledad y se puede estar socialmente muy acompañado y sufrir soledad. Los datos de un reciente estudio de la ONCE así lo demuestran. Más de la mitad de los españoles que viven acompañados afirman haberse sentido en soledad en algún momento. Lo que sí parece determinante en la vivencia de la soledad como algo negativo, es la frecuencia y calidad de la relaciones interpersonales. Vivir con una pareja, hijos o padre con la que apenas intercambiamos no es garantía de sentirse acompañado. Esta situación se agrava entre las personas que viven solas por "obligación". Si la falta de comunicación y la carencia de afecto son los factores que más influyen en el sentimiento de soledad ¿qué podemos hacer para remediarlo? ¿Como establecer relaciones íntimas, personales, que nos conecten con los demás? Mavis Tsai nos propone una serie de preguntas para abrirnos a esta interacción. Te invito a ver su charla Create Extraordinary Interactions en youtube. Si no tienes paciencia y eres de los que van al grano, aquí las tienes pero sin el contexto que las acompaña pierden valor y fuerza. Si, el tiempo es importante para que se puedan crear y desarrollar esas relaciones interpersonales de calidad que "nos salven" de la soledad.
Ahora que sabemos qué preguntar ¿porqué no lo hacemos? ¿Cuántos de nosotros estamos dispuesto a arriesgarnos a ser vulnerable, cuántos de nosotros estamos dispuestos a iniciar una conversación en estos términos? ¿Qué nos impide empezar, qué sensaciones, emociones, recuerdos pensamientos vienen a nuestra mente cuando nos vemos a nosotros mismos actuando en esta dirección? ¿Qué reglas seguimos como imperativo en el contacto con los demás? ¿El miedo al ridículos, vergüenza por entrometernos en el mundo del otro, miedo a lo que nos podemos encontrar, qué nos van a demandar en retorno? ¿Estamos dispuesto a pagar este precio para encontrar lo que anhelamos? |